Desde la cosmovisión Ikʉ, el tejido es una actividad sagrada que todo ser realiza para mantener el equilibrio de la vida, es la vida en sí misma, es la posibilidad de crear. El tejido es la representación del origen, la fuerza que permite crear, existir y reproducirse, con el fin de permanecer, lo cual permite integrarse al sistema vital creado y nos hace permanecer.
Las mochilas son escritura, lenguaje, son la expresión de la Madre Tierra en sí misma; son una manifestación de la ley de origen en el territorio, de allí la necesidad de aprender a interpretarla. La tejeduría representa en su sentido más amplio la creación del universo, del mundo y la diversidad de seres que existen en los cuatro planos superiores, los cuatro planos inferiores, además del plano intermedio, dentro de los cuales se desarrolla la vida. El tejido es la recreación constante del pensamiento creador que dio origen a cada cosa en el universo formado en tiempos de Seyn Zare Zanʉ (tiempo milenario previo a la materialización del universo) donde se originó de modo espiritual todo lo que conocemos materialmente.